La
primera cinta elegida ha sido “One Million Klicks”, Un Millón de Clicks o Un Millón
de Golpes como juega el rótulo del título.
La película
nos cuenta la historia de Michael, interpretado por Mike Möller, un joven
solitario y algo torpe en las relaciones sociales que arrastra un triste pasado
por el abandono de su padre. Él se encuentra perdido intentando encajar en una
sociedad que por momentos parece ponérsele en contra, debido en buena parte en
su carácter irritable.
Un
par de frikis perdedores, que buscan la ocasión para conseguir el éxito,
descubren las habilidades como luchador de Michael al verle pelear en un bar y
deciden sacar provecho de esta destreza. Estos interesados oportunistas lo
convencen, aprovechando la buena fe de Michael para participar en un
rocambolesco negocio, buscar y provocar peleas callejeras que grabarán con su
móvil para subir posteriormente a internet. Ellos están convencidos que será
todo un éxito que les proporcionará fama y fortuna a todos ellos. Aunque
Michael no está demasiado convencido del plan, la inesperada visita de su
padre, que vuelve en un intento de redención por su mal comportamiento pasado,
actúa como detonante y termina aceptando el trato, con una condición, que los
oponentes estén a la altura y supongan cierto reto.
Durante
una de estas peleas, se enfrenta a un veterano maestro de kung-fu y ese momento
supone un punto de inflexión en su vida, al calar en su ser el concepto
filosófico que las artes marciales en realidad atesoran. A partir de este punto
intentará dar un vuelco y retomar su vida, pero los intereses egoístas de sus socios,
dispuestos a cualquier cosa por que Michael no abandone el negocio de las
paleas, se lo pondrán muy complicado.
La
película es la primera producida bajo la recién formada compañía de producción
Silent Partners, fundada por Mike Leeder, reconocido escritor y documentalista
de artes marciales, y por Ruediger W. Kuemmerle, a los que se suma en esta
ocasión Markus R. Vogelbacher, con una amplia experiencia en cine. La historia
ha sido escrita por el propio Möller, (también productor) y por Marco Theiss y
dirigida por el debutante Alex Padrutt y
por Oliver Juhrs con una dilatada trayectoria en el cine de acción como
especialista.
La trama
sencilla y los personajes cliché habituales nada destacables en este tipo de
films, solo son el hilo conductor para ofrecernos todo un repertorio de
coreografías de lucha bien elaboradas y con un elevado nivel técnico que
resultan interesantes y por momentos espectaculares. La responsabilidad de estas
secuencias recaen sobre los hombros de Mike Möller y su equipo de
especialistas, que ponen en práctica su particular estilo, mezcla de artes
marciales, acrobacia y lucha libre.
Mike
Möller no es ningún recién llegado al cine de acción, este joven alemán, que
fue llamado “El niño prodigio de las artes marciales” comenzó desde muy
temprano su entrenamiento en artes marciales y fuerza de manera autodidacta, hasta
que tuvo oportunidad de unirse a su primer club de Taekwondo. No tardó en rodar
pequeños videos caseros, mostrando sus sorprendentes habilidades. Su entrada en
cine llegó por la puerta grande, cuando el prestigioso actor y coreógrafo de
artes marciales Donnie Yen, contó con él como especialista en el año 2000,
desde entonces ha trabajado con multitud de directores y coordinadores de
acción, llegando incluso a estar nominado en el 2003 en la categoría de mejor
lucha en los premios Taurus World Stunt. Lleva a sus espaldas un considerable
número de títulos como especialista y actor, además de haber participado en
diversas producciones como productor, guionista y director.
En
conjunto, es una película entretenida del género de lucha, que aporta algunas
novedades llamativas en cuanto a algunos elementos de las coreografías y en el que
los fans de Möller podrán disfrutar de su destreza en la lucha cinematográfica.
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