viernes, 18 de septiembre de 2015

Ciclo NIAFFS 2015. The Yellow Cake

La cuarta cinta elegida ha sido "The Yellow Cake"




La historia nos sumerge en los últimos días del régimen de Sadam Hussein. Aliyev (Jamal Amin), un musulmán de Uzbekistan que es un agente ruso y miembro respetado por el poder iraquí, quiere aprovechar esta relación para hacer negocio ofreciendo el esquema de una supuesta bomba atómica a Sadam. Es durante este proceso cuando el régimen cae y se produce la ocupación por parte de Estados Unidos, sin embargo el comerciante de armas decide permanecer en Irak, piensa que siempre habrá alguien con dinero dispuesto a pagar, sin preveer los giros que en su vida esta decisión le iba a acarrear. El secreto que Aliyev atesora no tarda en ser descubierto por otros agentes interesados de Irán, Estados Unidos, Israel e incluso Al-Qaeda que  harán todo lo que sea necesario por hacerse con la valiosa información. A partir de ese momento se desencadena una encarnizada persecución repleta de asesinatos y conspiraciones, una caza al hombre que desembocará en un inesperado desenlace.

The Yellow Cake, torta o pastel amarillo en español, hace referencia al óxido de uranio concentrado que puede ser usado para obtener plutonio con el que construir un arma nuclear.

Partiendo de esta premisa, el director y guionista Tariq Aljuboiri, reconocido y respetado cineasta de origen iraquí y profesor del departamento audiovisual de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Bagdad,  nos ofrece un interesante film con multitud de aspectos destacables. En primer lugar resulta imprescindible hacer hincapié en el hecho de que se trata de la primera película de acción iraquí, un género completamente alejado de las tradicionales películas familiares y costumbristas o político-revolucionarias realizadas en el país, por lo que representa un salto cualitativo, atrevido y valiente en el cine de Irak. Por otro lado incide en un hecho doloroso para el país y especialmente para sus ciudadanos, que son las verdaderas victimas de la invasión de Irak por fuerzas internacionales con la falsa excusa de las armas de destrucción masiva, inventando un conflicto político en su propio beneficio económico.

Pese a tratarse de una cinta de acción, inspirada en especialistas del género como los estadounidenses, en las que suele ofrecerse una falta de profundidad y dimensión de los personajes y el mensaje humano, Aljuboiri se las ingenia para introducir algunos elementos muy significativos y elocuentes a la trama. Uno de ellos es el dialogo entre la pareja de enamorados en el tejado de la casa que supura humanidad y esperanza. Otro interesante momento es el del mensaje pacifista, conciliador y de hermanamiento del enfermo terminal que espera su muerte víctima de la radiación por uranio del que se ha contaminado por sus propias acciones anteriores, contrarias a lo que ahora cree. Ambos pensamientos de esperanza, según nos deja entrever el film, pueden ser extrapolados a la mayoría de un pueblo iraquí que tras la experiencia sufrida envían un mensaje al resto de países para trabajar en el desarme de las naciones y que aspira a vivir en paz.

El director consigue una atmosfera interesante con unos personajes estandarizados pero adecuados para esta historia de acción, siendo esta, la acción, la verdadera protagonista de la cinta. Aljuboiri consigue dar fuerza y ritmo a la historia alternando persecuciones, luchas y tiroteos y logra mantener la tensión y retener nuestra atención hasta el final, cuando se descubre la verdad sobre el ambicionado esquema de la bomba que todos buscan.


El director, conocedor del lenguaje cinematográfico, creativo y valiente ha conseguido sacar adelante, junto a un equipo motivado e ilusionado, un proyecto muy complejo con un enorme número de dificultades añadidas, como las económicas, que comprometen la calidad técnica del producto al tener que recurrir a los elementos que tenía disponibles, de planificación o incluso ideológicas. Por estas razones no podemos compararla técnicamente con las grandes producciones del genero, ya que no dispone de sus gigantescos recursos, pero si por su historia y su mensaje, en lo que sale bien parada. Por lo tanto he pasado de puntillas deliberadamente sobre los evidentes errores o digamos desaciertos de la cinta, en beneficio de lo meritorio que este proyecto único y pionero supone, y que estoy seguro de que será el germen de nuevos trabajos en los que poder evolucionar y mejorar en la dirección correcta.

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