La
historia gira en torno a John (Casper Van Dien), un respetado senador de
Estados Unidos que un buen día cree convertirse en el elegido por fuerzas
ancestrales para una importante misión, trasladar a la sociedad una advertencia
transcendental. John traslada a su esposa (Catherine Oxenberg), este convencimiento
que le ha sido comunicado en sueños, pero esta no solo no le cree si no que
comienza a distanciarse y a ponerse en su contra.
John
está completamente convencido de lo real de su profecía, y es durante una
comparecencia pública televisada en el parlamento ruso, cuando decide soltar la
impactante exhortación, “¡Todos aquellos políticos que no se alejen de la
corrupción, se convertirán en ratas!”. Esta afirmación destruye su
credibilidad, convirtiéndolo en un personaje ridiculizado y al que recomiendan
su ingreso en un psiquiátrico.
Al
salir de la conferencia conoce a las amigas Anna ( Linda Bella), una interesada
y oportunista chica que busca un hombre del que vivir cómodamente y Polina
(Victoria Summer) una joven humilde de buen corazón de la que John quedará
perdidamente enamorado.
Poco
tiempo después comienzan a producirse unos extraordinarios e inexplicables
fenómenos que confirman que la advertencia de John resulta ser cierta. En ese
momento todas las miradas se vuelven hacia el protagonista al que culpan como responsable
de estos prodigios, por lo que ponen precio a su cabeza, vivo o muerto, ya que
piensan que con su muerte se invertirá el proceso de mutación, cuando en
realidad el único antídoto es devolver todo lo robado. A partir de entonces
John tendrán que huir para salvar su vida, aunque contará con la ayuda de su
amada Polina, no lo tendrá nada fácil, por que casi toda Rusia está dispuesta a
darle caza.
En
el reparto principal cuenta a la cabeza con Casper Van Dien al que recordamos
en cintas como “Starship Troopers” y “Sleepy Hollow”, Catherine Oxenberg, su
esposa en la cinta y en la vida real con amplia experiencia especialmente en
series de televisón, y las jóvenes Linda Bella y Victoria Summer.
Nada
más ver el tráiler de la película me sentí muy intrigado, ¿de que iban todas
esas extravagantes y insólitas imágenes que me mostraban en poco más de un
minuto? Así que no perdí el tiempo y pasé a verla.
Lo
primero que me ha sorprendido es que entre los responsables de esta extraña película de ciencia ficción independiente, una
coproducción de Estados Unidos, Rusia e India, esté nada menos que Gray
Frederickson, productor de obras maestras como “El Padrino” por el que ganó un
Oscar y Apocalypse Now. Por supuesto
nada comparable a la cinta que hoy tratamos.
El
filme ha sido dirigido por Vladimir Uglichin (también productor). Este
empresario y constructor ruso, nunca dejó de lado su afición y amor por el
cine, lo que le llevó a fundar su propia compañía cinematográfica “UV Studio”,
con la que ya ha lanzado tres largometrajes en Rusia. En 2014 se anima con su
primer proyecto en Estados Unidos, del que estamos hablando.
La
película es difícil de calificar. Por un lado tenemos el recurso de la mutación
de personas en ratas, elemento muy acertado y propio de las desinhibidas cintas
de terror de serie B, de las que muchos frikis como yo, hemos disfrutado
durante años. Por otra parte está la historia filosófica y casi bíblica del
mensajero de los dioses que intenta trasladar una verdad por la que es
perseguido por la crueldad de la naturaleza humana hasta la muerte. Y no
podemos olvidar el elemento de justicia divina, cavilado por muchos de
nosotros, de convertir a nuestro indeseables políticos corruptos en ratas, algo
más apropiado a su actividad, sin menospreciar a las pobres ratas, claro. Una
premisa muy interesante.
No
podría decir exactamente lo que Uglichin pretendía con la película, aunque
pienso que su intención es trasladarnos un film bizarro con ese aura del cine
comercial de bajo presupuesto que aparecieron a partir de la década de los 50,
alejado de convencionalismos y que en muchos casos llegaron a convertirse en
clásicos. Quien sabe si este correrá la misma suerte, ya que es tan difícil de
definir, está tan en el extremo, que podría ser una película realmente mala o
podría llegar a convertirse en una obra de culto, solo el tiempo lo dirá.
Pese
a todo, se trata de una cinta atrevida, ingeniosa y arriesgada, con un
argumento curioso, que según el ánimo con el que te enfrentes a ella podría llegar a
atraparte, o no.
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