domingo, 21 de septiembre de 2014

Ciclo NIAFFS. 6 Bullets to Hell

La octava película elegida ha sido “6 Bullets to Hell”



Billy Rogers (Crispian Belfrage) ha dejado atrás una vida turbulenta y ahora es un pacífico y cariñoso granjero, volcado en la relación que comparte junto a su amada esposa Grace (Magda Rodriguez). Ambos disfrutan de una humilde pero maravillosa vida mientras esperan ilusionados el nacimiento de su primogénito.

Un aciago día, mientras la esposa aguarda ilusionada el regreso de su marido, que ha marchado al pueblo a realizar unos recados, aparecerá en casa de la pareja el cruel Bobby Durango (Tanner Beard), acompañado por su banda de cinco criminales. La vida de la pareja dará un trágico giro cuando el grupo de indeseables, en un alarde de su crueldad y cobardía, asesinan brutalmente a la dulce Grace. 

A partir de ese momento Billy, cegado por la rabia y el dolor, retomará las armas y emprenderá su viaje en persecución de los criminales, en busca de venganza y de justicia. Contará para ello con la ayuda de su gran amigo, el joven Sheriff Morris (Russell  Cummings).

Desde el cartel de la película, hasta los créditos finales, pasando por la ambientación, el color y por supuesto la música, todo rinde homenaje a este fantástico genero del que yo soy ferviente admirador, ya que pasé buena parte de mi infancia devorando estas películas.

Es fácil adivinar el especial cariño que los autores han aplicado a este film, así como la gran cantidad de títulos del genero que han tenido que visionar, ya que han conseguido realizar un producto que técnicamente es casi una fiel reproducción del estilo original. El uso del zoom, el efecto picado de la película, los primeros planos de los rostros en los momentos de tensión, los contrapicados, todo se ajusta a la perfección y nos parece estar viendo una película de entonces, haciéndonos despertar una grata sensación de nostalgia al rememorar aquellos años.

Por otro lado incorpora planos de gran belleza visual y un acertado e interesante uso del montaje, destacando la secuencia de gran contraste emocional entre el héroe cabalgando por el interminable desierto, cortada su silueta por el sol, en una situación que invita a una relajante contemplación, en contrapartida con el sufrimiento que está siendo infringido a su esposa. Otro ejemplo del uso certero es la secuencia con imágenes aceleradas usadas para incorporar recuerdos del protagonista, así como para representar el paso del tiempo durante su búsqueda de los malhechores. Un detalle que también me ha agradado mucho, son los planos envejecidos usados para la presentación de los miembros de la banda que realiza el sheriff.

La historia escrita por Tanner Beard, Russell Cummings, Dany García y Jose L. Villanueva, esta basada en la historia original de Chip Baker. Como no puede ser de otro modo siendo fiel al género, se trata de una trama simple, con un esquema básico de búsqueda de justicia o venganza por parte del héroe. Aunque en este caso se añaden inteligentes detalles como por ejemplo la muerte de uno de los miembros de la banda a manos de sus propios compañeros, por contradecir al jefe en defensa de la desdichada mujer. De ese modo evitan que el héroe tenga que disparar a alguien que había intentado hacer lo correcto. Incluso se ha tenido en cuenta la incorporación del típico recurso cómico en el personaje de el “hombre flaco” (Laurence Burton).

La música está perfectamente integrada y es adecuada a cada secuencia, incluso unen el detalle de unos acordes muy españoles de guitarra a la secuencia de la cantina mejicana.

Tanto el aspecto físico como la interpretación de los actores encajan a la perfección en el estereotipo de los personajes, dotándolos de gran credibilidad y afinidad con aquellos otros representados en las películas de los 60. La estética sucia, los personajes duros y crueles, de gatillo rápido y faltos de escrúpulos, todo ello se da cita en esta cinta, con unos malos muy convincentes, rudos y sin moral, un héroe que está magníficamente representado en su papel de justiciero atormentado y vengativo y la dulce e inocente víctima con la que cualquiera llega a empatizar y que propicia la historia de la película. Todos ellos de ajustan como un guante a sus perfiles.

Respecto a la acción, la película nos ofrece un amplio repertorio de elementos justamente incorporados y que están tan intrínsecamente ligados a este tipo de cine. Efectivos tiroteos, muertes violentas, caídas por escaleras, cabalgadas a toda velocidad, caídas en altura, todas ellas con un correcta factura y perfectamente integradas en el conjunto de la historia.

Es admirable el nivel artístico que se logra conseguir pese a las limitaciones económicas. En fin, un resultado redondo.

Solo pondría una pega, para mi gusto se ha hecho un uso abusivo de los planos aéreos, que pese a lo efectivas que son estas secuencias mostrando la peculiar y fantástica belleza del desierto de Almería, no parecen encajar en el sentido más clásico del genero.

Toda la película supone un sentido homenaje al spaghetti western y esta repleto de referencias y guiños a muchas de estas películas. El spaghetti western es un subgénero del western realizado entre Italia y España, que aplicaba una exageración al genero clásico que venía de USA y que incorporaba mayor realismo y violencia. Tuvo su máximo apogeo en los años 60 y 70 cuando llegaron a realizarse más de 500 producciones. Con unos presupuestos muy reducidos y en muy poco tiempo el equipo de artistas era capaz de sacar adelante un producto muy digno que gozaba de una gran aceptación por parte del público.

Un genero que como ocurre en muchas ocasiones, fue despreciado e incomprendido al inicio y no fue hasta mucho mas tarde cuando se ha reconocido su indudable e  incalculable aportación al cine español y europeo.

Me gustaría añadir para finalizar las magnificas palabras de Juan Manuel de Prada

"(…) Pero lo cierto es que el spaghetti western constituye uno de los episodios más brillantes del cine europeo; y, desde luego, una de las expresiones más vigorosas y memorables del cine español, que –casi siempre en régimen de co-producción– aportó al subgénero el talento de sus cineastas, técnicos y actores y, sobre todo, el paisaje calcinado del desierto de Almería, que –con el permiso del fordiano Monument Valley– se ha convertido en el escenario más distintivo y mitológico del western. (...)A partir de plantillas argumentales resobadas, agobiados por toda suerte de cortapisas y apremios financieros, lograron completar un puñado de películas en las que, como mínimo, brilla el oficio de los mejores artesanos; y con frecuencia también el hallazgo artístico de los verdaderos maestros, dotados de un estilo arrebatador y de unos recursos narrativos excepcionales."


Mi agradecimiento a los autores de “6 Bullets to Hell” por desempolvar de mi mente tan agradables recuerdos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario