La
sexta cinta elegida ha sido “Three Holes, Two Brads and a Smoking Gun”
El
film nos cuenta la historia de Jack (Zuher Khan) un joven aspirante a guionista
que sueña con convertirse en una referencia en Hollywood y de Bobby (James
Wilder) un antiguo autor de guiones de éxito, ahora
fracasado y reconvertido en profesor, que pasa su tiempo rememorando tiempos
mejores.
Bobby
busca desesperadamente la manera de recuperar la gloria pasada y cree haber
encontrado su oportunidad tras conocer el trabajo del joven Jack, un impresionante
guión llamado “Secuestro”, por lo que decide ofrecerle su colaboración como ilustrado
maestro, con la verdadera intención de aprovecharse del talento del joven para
alcanzar de nuevo el éxito.
Durante
su cooperación, el guión que tienen entre manos se transforma y crece cada vez
más, volviéndose demasiado importante, hasta el punto que están dispuestos a
hacer lo que sea necesario para garantizar que su historia llegue a la pantalla
y disfrutar de su inherente éxito, para ello irán asumiendo cada vez mayores
riesgos. ¿Dónde estará el límite?, ya nos advierte el cartel
de la cinta “Algunos guiones están escritos con sangre”.
La
película ha sido escrita por Scott Fivelson, ganador del premio a mejor
guionista en el Downtown Film Festival de Los Angeles y dirigida por Hilarion
Banks. Se trata de un thriller intimista sobre la crisis creativa del escritor,
la frustración, los celos profesionales y la desesperación por el éxito. Un
tema que habitualmente aporta poca originalidad y que en este caso pretende
convertirse en un sesudo ejercicio narrativo, sin conseguirlo, con unos
acontecimientos demasiado forzados que intentan llevar a los personajes hacia
el punto crítico deseado. Para ello el autor no duda en empujarlos de forma artificial y
poco natural. No resulta convincente, nos encontramos con incoherencias y los
personajes secundarios se incorporan a la historia con poco acierto, restando
aún mas verosimilitud a la misma.
Finalmente
el film se convierte en un previsible y egocéntrico ejercicio para satisfacción
del autor y lucimiento de los actores que suele gustar mucho a una parte de la
crítica pseudointelectual, pero que no aporta nada ni interesa al público
general. Dirigida a aquellos a quien no le pese perder el tiempo con historias
tan pesadas como superfluas, inundadas hasta rebosar por densos diálogos que intentan
decir mucho pero que cuentan poco.
A
destacar el buen trabajo de los actores, aún con algunos altibajos, es sólida y
convincente, especialmente la de Wilder, presentándonos un interesante pulso
interpretativo entre los dos personajes protagonistas, que es lo único
medianamente interesante en esta lenta y aburrida película.
Llegado
a este punto recomiendo el visionado de la genial obra “Barton Fink” una
autentica lección de cómo hacer cine y como contar la crisis del creador sin obligación
de espolearnos con mensajes pretenciosos y sabihondos y sin la necesidad casi de
dialogo.
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