La
cuarta cinta elegida ha sido “Phantom of a Previous War”
La
cinta nos cuenta de forma paralela dos momentos cruciales en la vida de los
personajes protagonistas, separadas por treinta años de diferencia. Por un lado
los difíciles y duros años ochenta en plena guerra del pueblo Kurdo, a quien
pertenecen los personajes, contra el dictador Saddam Husain´s y por otro la época
actual, donde apreciamos la evolución de los personajes y como el pasado ha
influido en sus vidas.
En
el presente, Pishtiwan interpretado por Hamno Hawre como niño y por Rebin Sidiq
como adulto, vuelve al lugar donde pasó su infancia, al frente de una
organización con fines sociales, ayudando a la gente y entreteniendo a los
niños con un espectáculo de títeres. Al mismo tiempo, otros miembros del grupo
que dirige el protagonista se dedican a limpiar el campo de minas dejadas por
el ejercito de Saddam. De vuelta a su ciudad natal se encuentra con Srwa (Laya Jabar como niña y Shadan Ali como
adulta), una amiga de la infancia convertida en profesora con la que compartirá
tiempo, tiempo de nostalgia, tiempo para recordar y para intentar recuperar el
amor perdido.
En
el pasado, Pishtiwan lleva una triste y mísera vida. Tiene unos diez años
cuando su padre, junto a otros hombres vecinos de la misma localidad, son
reclutados para luchar contra Saddam. El desdichado niño lejos de disfrutar del
amor de su madre, es continuamente despreciado y maltratado por esta, por lo
que busca un lugar de evasión donde ocupar buena parte de su tiempo. Este lugar
es un vertedero cercano en el que junto a otros amigos de su edad juegan y se
entretienen rebuscando entre los desechos, donde en ocasiones encuentran lo que
supone para ellos auténticos tesoros. Junto a ellos se siente bien, aunque en
ocasiones no puede evitar experimentar enfado y frustración cuando la
conversación evidencia que otros niños como él si son queridos por sus madres. Pese
a todo Pishtiwan es un niño sensible de un gran corazón como lo demuestra sus
actitudes bondadosas de generosidad hacia la familia de su amigo gravemente
enfermo Yassin, o el hecho de estar perdidamente enamorado de Maryam (Lanya
Abdullah), una mujer adulta esposa de Aso (Rastgo Karim), que al igual que su
padre ha sido alistado para la guerra. Tan cegado está por ese amor imposible
que no aprecia el cariño que despierta en la joven de su edad Srwa la cual no
se atreverá a confesarle su amor hasta treinta años mas tarde. Tras conocerse
la muerte de su padre, que ha sido ajusticiado por sus propios compañeros
acusado falsamente de traidor junto al marido de Maryam, la madre del chico decide
casarse de nuevo, por lo que el joven queda desplazado completamente. Para
colmo, la madre de su idolatrada Maryan también fallece quedando esta sola, por
lo que ella deja su casa y decide mudarse a otro lugar dejando a Pishtiwan
desolado. No tardará en ser enviado a un internado donde crecerá alejado de
familia y amigos, volviendo su personalidad mas seria y huraña, fruto de su
infancia atormentada.
La
película escrita por Pishtiwan Hassan Khawie y Hawre Mustafa y dirigida por
este último, refleja la entrañable historia de amor del joven protagonista que
pese a la dificultad de que este amor pueda ser algo más que platónico,
perdurará en el tiempo dejándolo profundamente marcado. Esta historia principal
queda envuelta por un alegato antibelicista en la que se manifiesta la dramática
pérdida que para todos supone el conflicto y el sin sentido de la mismo, procurando
destacar la inocencia y bondad de unos niños atrapados en las consecuencias de
las absurdas y crueles decisiones de los adultos. El guión nos deja algunas
frases tan evocadoras como acostumbradas en sus diálogos, como las pronunciadas
por Aso en pleno conflicto “Estar tan cerca continuamente de la muerte te hace
apreciar más la vida” o “La guerra destroza a todos”, o las referencias a las
familias de los enemigos caídos, o de su propio conflicto interno ante lo que
está obligado a hacer y su propia humanidad. El guión , aunque algo manido y
forzado en búsqueda del simbolismo, es aceptable, siendo interesante apreciar
la perspectiva de un país árabe para confirmar que pese a lo que aparentemente
nos separa, compartimos las mismas inquietudes, sentimientos y miedos.
En
el apartado interpretativo, deduzco que no se trata de actores profesionales
ante la cámara, sin embargo los perfiles elegidos encajan perfectamente en sus
personajes y pese algunas deficiencias lógicas fruto de la falta de experiencia,
en general, convencen en su actuación, especialmente el niño Pishtiwan que
aporta inocencia y bondad a la vez que asume su triste destino afrontando las
dificultades. Existen algunos momentos intensos, de peso interpretativo que los
actores afrontan con resultado lúcido, aunque otros, especialmente los
correspondientes a los soldados en el conflicto, quedan fríos y faltos de
emoción.
Los
constantes saltos en el tiempo, frutos del montaje paralelo, pese a ser un recurso
narrativo interesante, hay que saber aplicarlo para obtener un resultado
satisfactorio, ya que se trata de un instrumento para llevar la información
deseada al público, manteniendo los elementos de base, acción y reacción, algo
que aquí no queda claro. El abuso de
esta técnica resulta enrevesado y pese a no llegar a perderse el hilo
argumental en ocasiones produce un efecto chocante. Más aún cuando se vuelve a usar
el mismo procedimiento durante cada uno de los dos períodos contados,
provocando nuevos saltos en el tiempo, con la intención demasiado obligada de
cerrar la cinta en el mismo punto de comienzo.
En
cuanto a la recreación de la acción en las escenas bélicas, siendo consciente
de las evidentes carencias del proyecto, consiguen salvarlo de forma discreta
aunque satisfactoria siendo lo mejor de
las mismas los planos generales.
En
resumen, una película interesante, desde una perspectiva diferente con buena
intencionalidad.
A veces las películas que vienen de ese tipo de países parecen que se nos atragantan o por como estan hechas o por lo que cuentan pero esta parece ser una peli sencilla.
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